Des de 1980/81 treballant per la Cultura en general, la Valenciana i especialment la de Paterna.



viernes, 28 de marzo de 2025

Crónica del viaje a Albaida y Ayelo de Malferit


Sin apenas darnos cuenta parece que fue ayer cuando regresábamos de la visita cultural a san Mateo, deseándonos un feliz año 2025. De nuevo estamos frente al Ayuntamiento, preguntando a Paco Mir el número de asiento asignado, para disfrutar del extenso patrimonio cultural de Albaida y Ayelo de Malferit. “Tempus fugit”. El tiempo pasa pero no nos ha robado  la ilusión por  seguir manteniendo  la mente activa y el sentimiento vivo.

Nos citamos a las 8,45 del primero de marzo y tras los abrazos de bienvenida y ocupar los 56 asientos del autobús, Vicente Alarcón, en nombre de la directiva, nos agradeció la respuesta dada a la convocatoria, al tiempo que nos informaba que Mateo, el guía, se nos uniría a la hora del almuerzo. Recorrimos 92 kilómetros hasta llegar al Restaurante Brasería Gasaqui de Ayelo, en una mañana triste, de aire, frío y lluvia, que invitaba a recobrar las calorías perdidas degustando un buen bocadillo de tortilla de patata recién hecha, sin menospreciar al de calamares con alioli, y a ser posible acompañados con un Vino Terraz de la zona. Si el frío persiste, se puede rematar el “esmorzar” con un buen “cremaet” hecho de la manera que aprendimos de nuestros mayores. 

En los escasos 29 kilómetros que nos separaban de Albaida, en árabe /al-baydà/ la blanca/ Mateo nos advirtió del increíble patrimonio cultural de la ciudad que evoca imágenes de ser una ciudad resplandeciente con ese cielo azul que sirvió de inspiración al ilustre José Segrelles. El guía de la villa nos comentó que Albaida es una ciudad con una historia que se hunden en el Eneolítico y la Edad de Bronce, con antiguas cuevas y cerros que se entrelazan con restos de asentamientos íberos y musulmanes, testimonios de una ocupación humana ininterrumpida.

La llegada de Jaume I en el siglo XIII marcó un nuevo capítulo en su historia. La ciudad se transformó acogiendo a colonos catalanes y aragoneses que trajeron consigo sus propias tradiciones y costumbres, enriqueciendo  el patrimonio cultural de Albaida. En este periodo medieval diferentes casas nobiliarias gobernaron la ciudad hasta que los Milà i Aragó obtuvieron el marquesado de Albaida en el siglo XVII, marcando un hito importante en la evolución de la ciudad.

 “Sin cantar bajo la lluvia” pero con el paraguas abierto, visitamos Ia iglesia Arciprestal de la Asunción, de  la Mare de Déu del Remei, patrona de la ciudad.  Nos recibió su párroco don Luis Miguel  y nos comentó que la iglesia  fue construida entre 1592 y 1621  y se levanta sobre los cimientos de una antigua iglesia románica del siglo XIII. Se trata  de un templo austero propio de la reconquista, de planta central de una única nave a la que se adosa en 1709 una capilla lateral de estilo neoclásico. Aloja en su interior obras del escultor neorrealista de Pere Foix del siglo XVII, y pinturas contemporáneas  al óleo del maestro Segrelles. 

Nos comentó el párroco que la imagen de la Mare de Déu con el Niño en brazos, es una escultura de madera policromada realizada por Juan Bautista Balaguer en 1740. La Virgen está representada de pie y descansa sobre un trono de nubes acompañado de ángeles y serafines realizado por Enrique Galarza en 1942. En la mano derecha lleva una rama de olivo de plata para recordarnos que vela constantemente por las albaidinas y los albaidenses desde que liberó a la ciudad de una plaga de filoxera. Tras el milagro de los “paperets” se convirtió en  la Patrona de Albaida.

Del retablo original de Pere Foix, se conservan algunas columnas corintias doradas, ya que fue destruido durante la Guerra Civil. Este impresionante diseño se ve realzado por la magnífica serie de óleos pintados por José Segrelles entre 1947 y 1950. Es de destacar “la cama imperial de la Mare de Déu d’Agos” (1644) de estilo barroco, tallada en madera por Pere Foix. Está decorada con ángeles y querubines y los escudos del municipio.

La  iglesia custodia la obra religiosa que José Segrelles realizó después de la Guerra Civil y hasta el día de su muerte. Especial admiración merecen los “lunetos” que cuentan la historia de diferentes hechos religiosos sucedidos en Albaida, el lienzo del Espíritu Santo en la capilla del Bautismo y los fantásticos oleos de la Pasión que decoran el altar mayor.

Tras agradecer a don Luis Miguel  su magnífica exposición nos dirigimos al Palacio de los Milà i Aragó, donde se encuentra  el célebre Museo Internacional Titelles (MITA). El museo, en sus tres plantas, alberga una asombrosa colección de títeres y marionetas procedentes de todos los continentes, cada una de ellas representativa del arte de la marioneta en su país de origen. Quien no recuerda la rana Gustavo, Espinete, la Bruja Avería, la Bola de cristal o los Mundos de Yupi y alguna que otra marioneta televisiva recuerdos de la niñez de hijos y nietos.

Esta variada y enriquecedora colección hace que el MITA sea un tesoro cultural que trasciende las fronteras, permitiendo a los visitantes explorar y apreciar la riqueza y diversidad de esta forma de expresión artística en todo el mundo. El palacio abrió sus puertas en diciembre de 1997, siendo el único museo internacional de títeres en España y un centro pionero dedicado al arte de la marioneta. Ofrece diversos espectáculos teatrales a lo largo del año  y sus representaciones suelen coincidir con fechas señaladas como el Día Mundial de la Marioneta (21 de marzo) y la Muestra Internacional de Títeres de la Vall d’Albaida en el mes de noviembre.

Nos comentó el guía local que  la ciudad de Albaida es el único municipio de la Comunidad Valenciana que ha mantenido desde el siglo XIII, de manera ininterrumpida y diaria, el toque manual de campanas. Les Campaners de Albaida es un patrimonio vivo, protegido como Bien de Interés Cultural Inmaterial por la Generalitat Valenciana. El toque Manual de Campanas ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y la Generalitat Valenciana reconoce a Albaida como Capital Valenciana del Toque Manual de Campanas.

Finalizadas las visitas mañaneras nos trasladamos para almorzar al Llar dels Jubilats de Aielo de Malferit, único local de la zona con capacidad para recibir a los 56 atenienses de Paterna.  Degustamos un menú que cumplió con los tres requisitos que califican a  una  buena comida: abundante, bien cocinada y mejor atendida.

Tras el postre y el café  nos dirigimos al Museo de Nino Bravo,  uno de los mejores cantantes españoles de la década de los 70.  Recoge fotos, trajes y objetos personales  cedidos por la familia, los fans y amigos del autor  de “Un beso y una flor”. Es el edificio de unas antiguas escuelas, rehabilitado para mantener viva la memoria de Nino y que cumple sobradamente con su deseo de ser: "su casa cuando me vaya yo". Una pérdida que lloró el mundo entero aquel fatídico 16 de abril de 1973 en accidente de tráfico en Motilla del Palancar.

El museo fue inaugurado el 28 de octubre de 2006 por la alcaldesa de la población, con la presencia de la familia del artista valenciano. En los  estantes pudimos ver  el micrófono y los trajes utilizados por el intérprete durante sus actuaciones. Su cartilla escolar, fotografías de su infancia y juventud, imágenes de sus presentaciones en televisiones nacionales e internacionales. Es célebre la frase que le dedicó Frank Sinatra después de oírle en un concierto: “menos mal que Nino solo canta en castellano, si no, me hubiera quitado el puesto”

Bajo un molesto “chirimiri “nos acomodamos en el autobús esperanzados en poder ver aún los últimos rayos de sol posados en nuestra Torre Mora. Durante el trayecto nos informaron de los interesantes eventos culturales programados y nos despedimos deseándonos los mejores augurios, confiando que no falte nadie a la puerta del Ayuntamiento, cuando nuestra eficiente Junta directiva nos informe de la próxima Visita Cultural.

Félix Garrido Gil.