Des de 1980/81 treballant per la Cultura en general, la Valenciana i especialment la de Paterna.



miércoles, 23 de octubre de 2019

Excursión de Otoño, Octubre19

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     Para los atenienses y simpatizantes amantes de la cultura, se esperaba con impaciencia la decisión de la directiva sobre los viajes que en otoño y primavera programan. Es verdad que son  decisiones complejas porque a lo largo de los casi cuarenta años de vida del Ateneo, quedan pocos lugares en  nuestra “Piel de Toro” por visitar, y también porque son viajes que deben acomodarse a un presupuesto económico y a los días que los “puentes” nos proporcionan.

     Este año acogimos con agrado que el destino elegido para la excursión fuera la “Muy Noble, Muy Leal, Fidelísima y Heroica Cuenca”, para visitar el  importante patrimonio histórico y arquitectónico que nos ofrece la ciudad de las “Casas Colgantes”, perdón “Casas Colgadas” como nos rectificaron los guías.

     Nos citamos el día 10 en la explanada de la Torre. Salimos cuando daban las ocho en el reloj del Calvari. Con anterioridad se nos había entregado un detallado folleto que respondía a los interrogantes que la edad o curiosidad se pueden hacer. Iniciamos puntualmente la marcha, no sin antes pedir la protección del Morenet y que Aurelio y Olga nos dieran la bienvenida y nos presentaran a Rafael, el servicial y prudente conductor.

    Hicimos la primera parada en Requena, para cumplir con el ritual sagrado del ‘esmorzaret’. Lo definen los clásicos valencianos como: “Matiz labriego usado por  campesinos de la terreta, necesitados de calorías y descanso bajo un olivo para soportar la dura jornada”. No hizo falta ni el olivo para degustar tan sabrosas viandas, aunque echamos en falta en la “picaeta”: los -cacaus del Collaret o del Terreno- no obstante gracias por esos deliciosos  bocadillos de embutido y por saborear el vino de sus afamadas cepas, fácil para degustar sólo, o como “vi en llimonà”.

  El cortado, el cremaet y la llovizna sobre los cristales del autobús, ayudaron a recuperar el sosiego, interrumpido por la voz de Carlos, un simpático, ameno e ilustrado guía local. Una vista panorámica desde el autobús nos presentó la Cuenca moderna hasta dejarnos en el Casco Histórico de la ciudad.

    Comentó que con certeza no se conoce su origen, y aunque se cree que arranca en el Paleolítico Superior, no es hasta la conquista musulmana cuando se construye la fortaleza de Qūnka, que dio origen a la ciudad actual. La ganadería, la madera e industria textil fue a lo largo de los siglos la base de su economía y hoy sus 55.000 habitantes viven gracias al turismo, potenciado desde que en 1996 su casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

     Por la mañana visitamos las “Casas Colgadas”, los “Rascacielos” del barrio de san Martín, el Teatro del Auditorio, el famoso puente de San Pablo,  el puente del Rey y la  Muralla y arco del Bezudo.

       Las cuestas nos cargaron las piernas y nada mejor para reponer fuerzas como el degustar los platos del célebre restaurante el “Coto de San Juan” en plena plaza Mayor. Unos contundentes entrantes y como plato estrella una pierna de cordero de la serranía. Tras los postres y el café, pasamos a visitar la catedral de  Santa María y San Julián. Nos la enseñó Guillermo, el nuevo guía que nos dijo que el fervor religioso de Cuenca surgido desde la conquista, “la llevó a tener nueve conventos de religiosos, seis de religiosas, ocho hospitales, veintitrés ermitas y catorce parroquias, además de los correspondientes Cabildos Sacramentales y varias cofradías”. 

      En los escritos donde se cuenta la historia de la Catedral figura que “ El Rey don Alfonso, fizo y ordenó que la mezquita que los moros avían, mandó a los obispos que la consagraran... e puso por la suya mano de la Virgen María y san Julián”. En esta época, el estilo arquitectónico predominante en los reinos cristianos españoles era el románico, pero la influencia del rey Alfonso VIII determina que se construyera la primera catedral gótica de Castilla.

   Como la mayoría de los edificios religiosos, ha sufrido muchas transformaciones a lo largo del tiempo. La configuración actual data de principios del siglo XX, debido al derrumbe en 1902, que determinaron que fuera del estilo gótico original. Llama la atención al entrar la gran luminosidad  de su interior que produce espectaculares efectos, debido a un Transparente (ventana de cristales que ilumina y adorna el fondo del altar) obra  del arquitecto Ventura Rodríguez (1717-1785).

     El autobús nos dejó en la Plaza Mayor, muy cerca del hotel “Convento del Giraldo” de “cuatro estrellas”, reformado y rehabilitado al estilo moderno. Cena “ligera y monacal” que ante la reclamación de Olga sería compensada al día siguiente con un menú cinco tenedores.

    El viernes lo dedicamos a visitar Belmonte y los Molinos de Viento de Mota del Cuervo. En esta localidad se alzan siete molinos de viento que en 1967 recibe la denominación geoturística de "Balcón de La Mancha" por el horizonte que se contempla desde ellos. Fueron inmortalizados por Miguel de Cervantes en el  Quijote  y hoy son emblema de estas tierras manchegas. De los tres  molinos visitables nos detuvimos en el molino "El Gigante” en el que cada sábado se realiza la molienda tradicional y donde está instalada la Oficina de Información y Turismo. 

     Nos dirigimos a Belmonte. Nos informó Guillermo que sus orígenes se habían descubierto en 1976 gracias a las excavaciones realizadas en la Colegiata con motivo del hundimiento del ábside que pusieron al descubierto las ruinas de una anterior iglesia visigótica del siglo V. Las tres Joyas de la Corona de Belmonte son el Castillo, el quinto mejor de España. La colegiata de San Bartolomé declarada “Bien de Interés Cultural” y la Muralla construida a lo largo del siglo XV,  y que parten del castillo de Belmonte.


   Comimos en el restaurante Palacio de Buenavista y además de la abundancia de sus platos, destacamos los calamares con cebolla, las albóndigas, el muslo de pollo  y el coulant de chocolate como postre. 

     Visitamos  la Colegiata  y entre sus características curiosas , nos explicó el guía que la sillería del coro data de 1454, y es el primer coro historiado de España. Que en realidad fue construido para el coro de la catedral de Cuenca, pero al quedarse pequeño se lo vendieron como madera por 3.000 reales. A instancias del marqués de Villena el papa Pío II erige la parroquia de Belmonte en colegiata en el año de 1459, para "que sea digna de la gloria de Dios y del Bienaventurado San Bartolomé a quien está dedicada”. Esto supone que existiera un Cabildo, presidido por el prior, llegando a treinta y dos entre canónigos y prebendados que lo componían. 

     Tras el cansancio de tanto recorrido, regresamos al hotel para disfrutar del relajamiento que proporcionan sus paredes del siglo XV y de una cena con menú que según el metre, se sirve  “en bodas de grandes personajes”.

     El sábado nos desplazamos a San Clemente, el mayor municipio del sur de la provincia de Cuenca. Dispone de un amplísimo patrimonio histórico, por lo que fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1980, así como dos monumentos declarados Bienes de Interés Cultural: La Casa Consistorial y la Iglesia de Santiago Apóstol. Al bajar del autobús, Hugo nos dijo que esperásemos porque  “iba a la casa de tía Angelines para pedirla la llave” de la ermita de S. Roque. Con “bata de fiesta y alpargatas de domingo” la simpática y enterada Angelines nos informó sobre los usos y costumbres de la procesión del Santo y de la Virgen del Rus que este año celebra el 50 Aniversario de su Coronación.

     Con la alegría propia de una devota de la imagen, nos decía que la Virgen se procesiona al son de “pasodobles” y si la banda deja de tocar se para la procesión. Visitamos la iglesia de Santiago Apóstol una vez que el cuerpo de la Guardia Civil festejara con una solemne misa  a su Patrona, la Virgen del Pilar. Nos desplazamos para comer en Honrubia, nos sirvieron un buen menú con entrantes de queso y jamón que por su excelencia pasamos a la tienda para compartirlo con  la familia. Una sopa castellana, un guisado de cordero y pastel de la casa remataría el menú. 


   Camino de regreso a Valencia visitamos el pueblo de Alarcón con 153 habitantes, es pequeño y encantador. Su Parador se asoma a uno de los pueblos más bonitos de España y está declarado Conjunto Histórico Artístico por su belleza y su armonía.  Rodeado por una muralla, se ubica al lado del embalse que lleva el mismo nombre. Con más de 13 siglos de historia, el Parador de Alarcón se remonta a la Edad Media habiendo sido  célebre por la Torre del Homenaje y por sus elegantes textiles rojos y naranjas. En esa época, nos contaba Amparo, guía y funcionaria del ayuntamiento, el pueblo tenía cinco iglesias y solo la de Santa María está abierta al culto. La más significativa es la iglesia de San Juan Bautista, un bellísimo edificio herreriano levantado a finales del siglo XVI y que gracias al joven artista Jesús Mateo, en 1994 desarrolló, sin encargos previos ni apoyos, los primeros bocetos que darían forma a los Murales de Alarcón. Sus pinturas desarrollan los conceptos de “La Naturaleza y el Hombre” como pretextos para configurar un universo personal y comprometido. Tanto el artista como el párroco tuvieron la suerte de que el 3 de diciembre de 1997 la UNESCO les otorgase el patrocinio oficial de las pinturas murales de Alarcón, declarándolas de interés artístico mundial.  

     Camino hacia Paterna, Aurelio, además de felicitar a las dos “Pilares”, nos informó de las últimas novedades del Ateneo. Destacó la publicación de la revista número 100, en la que han participado trabajos de prosa y poesía de atenienses y simpatizantes relevantes. Advirtió que está ya a la venta la lotería de Navidad y terminó dando las “gracias” por la conducta y puntualidad de los 46 atenienses que han disfrutado de la Excursión de Otoño. 

       Hasta la próxima si Dios lo quiere.
Félix Garrido Gil.