Des de 1980/81 treballant per la Cultura en general, la Valenciana i especialment la de Paterna.



jueves, 28 de junio de 2018

Crónica y fotos de la excursión del 16 de junio

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EXCURSIÓN DEL ATENEO POR LA VALL D'ALBAIDA.

Por los numerosos eventos que nos oferta la Directiva del Ateneo, notamos que es una asociación viva, ante la inquietud que muestra por hacernos llegar las diferentes formas de acceder a la cultura. Gracias por el desvelo. 

A los Certámenes Literarios, Exposiciones, Representaciones Teatrales, nos ofrece una  visita cultural  por las principales ciudades de la Vall D’ Albaida.

Almorzar en Alberich, visitar en Albaida la casa museo del  pintor valenciano Josep Segrelles, compartir mesa y mantel en la “venta del Borrego” de Banyeres de Mariola y perderse entre los monumentos más significativos de Onteniente, eran objetivos que llenaban las  inquietudes de cualquier ateneísta. El reloj del Calvari nos daba la salida  a la hora prevista y entre el agradecimiento de Olga por elegir su empresa y la lección magistral que nos impartió la guía Isabel, sobre la historia de los pueblos del itinerario, nos vimos en las inmediaciones de  Alberich dispuestos a conservar la sagrada tradición valenciana de “l'esmorzaret” .

Albaida nos mostró su Castillo Viejo y las alquerías  y ante ellas nos percatamos de su origen musulmán. De ellos conservan aún  la industria de la cerería y las excelencias de la manufactura textil. La Iglesia gótica de la Asunción de la Mare de Deu nos reservaba algunas grandes sorpresas como era el contemplar el campanario más alto de la Comarca, construido en el pasado con misiones de torre vigía. Que desde el siglo XII conserva el toque manual de campanas “ininterrumpidamente y diariamente” motivo por el que se le  declara “ Bien de Interés Cultural Inmaterial” y que las paredes de la iglesia se ven adornadas con pinturas de Segrelles.

Cercana a la iglesia, figura la Casa Museo de Josep Segrelles Albert, pintor e ilustrador valenciano, que guarda la colección más importante de las obras del artista. Conserva los originales de  las ilustraciones que realizó para las novelas de Blasco Ibáñez; “La Divina Comedia” de Dante; pasajes de la Vª y IXª sinfonías de Beethoven; los cuentos de “Las Mil y Una Noches”, retratos familiares y el magnífico óleo póstumo “El Pentecostés”, obra cumbre de sus temas místicos.

En el Museu Internacional de Porritets “Titelles” vimos los títeres y marionetas provenientes de todos los continentes. De especial mención son los guiñoles del programa televisivo “Las noticias del guiñol de Cuorelandia” y “Gomaespuma”. Los personajes del ventrílocuo Francisco Sanz y los “títeres de la isla de Java” , declarados Patrimonio de la Humanidad.

Camino a Ontinyent, paramos en Banyeres de Mariola en la célebre Venta del Borrego donde nos servirían la comida “extraordinaria” con que acostumbra a sorprendernos la directiva del Ateneo. 

Por  el exquisito  menú que sirvieron  se  comprende que el restaurante luzca una Estrella Michelin.

La alta temperatura, la avería en la refrigeración del autobús, y los desniveles de las  calles de Onteniente, no invitaba a visitar los monumentos programados en la capital de La Vall d’ Albaida. La experiencia, el buen hacer y saber de Isabel,  nos convenció para no perdernos los tesoros culturales de la Villa. La Iglesia de Santa María, de magnifica portada renacentista y  de bóvedas góticas en su interior. Los retablos de su altar mayor  formado por 19 cuadros de Segrelles dieron la razón a los consejos de la experta guía.


Pasar por la puerta del Museu Arqueològic d’Ontinyent, adosado a su muralla medieval, y no verlo, era perder la oportunidad de contemplar muestras arqueológicas de la era Prehistórica  y de la  época íbero-romana, que hablan de la historia de los primeros pobladores de la zona.

A pesar del tráfico y de los 84 kilómetros que nos separaban de la Terreta, llegamos, sin sensación de cansancio cuando el reloj del Calvari anunciaba las veinte horas. Vivimos una jornada bien programada, compartida  con gente unida por la amistad y el afán de cultura. Dejamos el estrés y las tensiones por las calles de los pueblos que visitamos,  y recobramos la paz , que en el fondo,  era lo que se  buscaba en la excursión a la Vall d’ Albaida.

Félix Garrido Gil.