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EXCURSIÓN
DEL ATENEO POR LA VALL D'ALBAIDA.
Por los
numerosos eventos que nos oferta la Directiva del Ateneo, notamos que es una
asociación viva, ante la inquietud que
muestra por hacernos llegar las diferentes formas de acceder a la cultura.
Gracias por el desvelo.
A los Certámenes Literarios, Exposiciones, Representaciones Teatrales, nos ofrece una visita cultural por las principales ciudades de la Vall D’
Albaida.
Almorzar en
Alberich, visitar en Albaida la casa museo del pintor valenciano Josep Segrelles, compartir
mesa y mantel en la “venta del Borrego” de Banyeres de Mariola y perderse entre
los monumentos más significativos de Onteniente, eran objetivos que llenaban
las inquietudes de cualquier ateneísta. El
reloj del Calvari nos daba la salida a
la hora prevista y entre el agradecimiento de Olga por elegir su empresa y la
lección magistral que nos impartió la guía Isabel, sobre la historia de los
pueblos del itinerario, nos vimos en las inmediaciones de Alberich dispuestos a conservar la sagrada
tradición valenciana de “l'esmorzaret”
.


En el Museu
Internacional de Porritets “Titelles” vimos los títeres y marionetas provenientes
de todos los continentes. De especial mención son los guiñoles del programa
televisivo “Las noticias del guiñol de Cuorelandia” y “Gomaespuma”. Los
personajes del ventrílocuo Francisco Sanz y los “títeres de la isla de Java” , declarados
Patrimonio de la Humanidad.
Camino a
Ontinyent, paramos en Banyeres de Mariola
en la célebre Venta del Borrego donde nos servirían la comida “extraordinaria” con
que acostumbra a sorprendernos la directiva del Ateneo.
Por el
exquisito menú que sirvieron se comprende
que el restaurante luzca una
Estrella Michelin.
La
alta temperatura, la avería en la refrigeración del autobús, y los desniveles
de las calles de Onteniente, no invitaba
a visitar los monumentos programados en la capital de La Vall d’ Albaida.
La experiencia, el buen hacer y saber de Isabel, nos convenció para no perdernos los tesoros
culturales de la Villa. La Iglesia de Santa María, de magnifica portada
renacentista y de bóvedas góticas
en su interior.
Los retablos de su altar mayor formado
por 19 cuadros de Segrelles dieron la razón a los consejos de la experta guía.

Pasar
por la puerta del Museu Arqueològic d’Ontinyent, adosado a su muralla medieval,
y no verlo, era perder la oportunidad de contemplar muestras arqueológicas de
la era Prehistórica y de la
época íbero-romana, que hablan de la historia de los primeros
pobladores de la zona.
A
pesar del tráfico y de los 84 kilómetros que nos separaban de la Terreta, llegamos,
sin sensación de cansancio cuando el reloj del Calvari anunciaba las veinte
horas. Vivimos una jornada bien programada, compartida con gente unida por la amistad y el afán de cultura. Dejamos el estrés y las
tensiones por las calles de los pueblos que visitamos, y recobramos la paz , que en el fondo, era lo que se
buscaba en la excursión a la Vall d’ Albaida.
Félix
Garrido Gil.