Des de 1980/81 treballant per la Cultura en general, la Valenciana i especialment la de Paterna.



jueves, 22 de octubre de 2015

Excursión Otoño 2015

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EXCURSIÓN DE OTOÑO DE 2015

     Si las excursiones del Ateneo tienen prestigio es  porque cuidan los detalles y lo consiguen gracias al esmero y dedicación plena de su directiva, en especial de Pedro y Aurelio, que intentan ofrecer al socio: cultura, bienestar y satisfacción. 


     La programación de la excursión de otoño se pensó con transporte hasta  Madrid en AVE,  pero vieron que su alto precio podía alejar el deseo de muchos socios. Aunque se mantuvo la opción de la Alta Velocidad, la mayoría tomamos el autobús camino a Cantabria. Pedro y Aurelio nos dieron la bienvenida al tiempo que nos entregaban un sobre personalizado con la información precisa y detallada de la excursión. Vimos al abrirlo que contenía un “Sabroso Aguinaldo” fruto de la diferencia entre el precio que se programó  y el real.  Son detalles que  los socios agradecemos y hacen que no dudemos a la hora de comparar otras ofertas.

      Camino de Honrubia, Aurelio nos recuerda la festividad del día de la  “Patria Valenciana“ y en honor a nuestra Real Senyera,  Maite entona unas jotas valencianas, compuestas por Aurelio y  llenas de ese sentimiento de amor por la “Terreta” que les caracteriza. El señorial almuerzo en el restaurante Buendia nos baja a la tierra y nos da  ánimo para entrar en el laberinto de Atocha y recoger a los que se fueron en AVE.

     Si en algo se debe culpar al Ateneo es por lograr el record de “kilos acumulados en  menos tiempo”,  porque todavía con el regusto de los manjares servidos en la “Mancha de Cuenca”, nos vemos sentados en el Asador Alto del León de Guadarrama, mirando “con cariño” a una sopa castellana y un filete de Ternera de la Sierra”. 

     Tomamos el camino de “la región de los tesoros arqueológicos” y entre bostezos rotos por el repertorio de canciones de Maite, de Julian, nuestro Manolo Escobar,  y los chistes de Santiago, llegamos al hotel Azul de Suances, cercano a la playa,  base de nuestras actividades.

      El sábado día 10, lo dedicamos a conocer la ciudad de  Santander. Desde muy temprano nos acompañó Enar, una guía cántabra, sobria, muy profesional, orgullosa de su cuna “los españoles de nacimiento somos nosotros, los demás sois conquistados”. 

     Ya en Santander, visitamos el lugar más emblemático de la ciudad: el Palacio de la Magdalena, sede de la prestigiosa Universidad Internacional Menéndez Pelayo y declarado en 1982 “Monumento Histórico Artístico de Carácter Nacional”. Se construyó  entre 1909 y 1911, por suscripción popular (costó 700.000 pesetas de las del año 1912), para ser la residencia estival de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.

      Era la localidad que les ofrecía las pretensiones reales: regatas de vela, caza, tenis, polo, así como los célebres “baños de ola”. Don Juan de Borbón vendió el palacio al ayuntamiento de Santander en 1977 por 150 millones de pesetas, volviendo así a su propietario inicial.  Hoy está abierto al público y  se utiliza como Palacio de Congresos y Reuniones.


     Nos trasladamos a la localidad de Isla para comer en el hotel “Isla Bella” entre las playas  los Barcos y el Sable. Rabas de Jibión, crema de nécoras y bacalao con pimientos rojos de Isla,  fue el menú a degustar típico de la zona. Tras los postres nos dirigimos a Santoña, una de las bahías más bellas del litoral cantábrico. Está considerado como el principal puerto pesquero conservero y salazonero de la zona y de ello dimos constancia comprando sus productos en la fábrica  “Emilia”. En el paseo marítimo vimos el monumento a  Carrero Blanco, hijo predilecto de la ciudad, presidente del Gobierno español en el franquismo y muerto en  1973  en atentado terrorista de ETA. No pudimos visitar  la iglesia gótica de Santa María del Puerto por estar en horario de culto.
En dirección al hotel, dejando bolsas y compras, bajamos a cenar una menestra de verduras con jamón y merluza en salsa verde, lo suficiente ligera como para sentirse ágil a la hora del  baile programado.

     Las ofertas  para el domingo eran ilusionantes porque en  pocas horas pasaríamos del arte Prehistórico del museo de las Cuevas de Altamira, al Modernismo de  la Universidad de Comillas. Nos dijo la guía que Cantabria cuenta con más de 9.000 cuevas naturales registradas, pero que  la de Altamira conserva uno de los ciclos pictóricos y artísticos más importantes de la Prehistoria y está declarada “Patrimonio Mundial de la Unesco”. Su techo de los polícromos ha recibido calificativos como “Capilla Sixtina de la Prehistoria”- “lugar de peregrinación para espeleólogos” y según Picasso: «Después de Altamira, todo parece decadente». Sobrecogidos por las imágenes de hace 18.500 años, nos dirigimos a Santillana del Mar, declarada Monumento Histórico Nacional y que según la tradición popular se le llama la “villa de las tres mentiras”, puesto que ni es santa, ni llana, ni tiene mar. Está diseñada en torno a dos calles principales, de cantos rodados que nos masacraron los pies,  y una de ellas termina en  la colegiata de Santa Juliana, uno de los monumentos románicos más representativos de la región que por estar cerrada no pudimos ver su interior. 


Tras la comida en el hotel,  visitamos Comillas  y si nos impactó Altamira no menos  lo hizo esta ciudad que no solo destaca por sus edificios medievales y barrocos,  sino por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña en el que intervinieron artistas modernistas como Antoni Gaudí.  


Entre ellos sobresale  “el Capricho”, un edificio, modernista  y su interés no solo lo despertó la obra del  insigne  y religioso ingeniero catalán, sino por el peculiar tono entrecortado y dramático de la guía, que de esa forma captó nuestra atención.


      Digna de admiración es la Universidad Pontificia de Comillas, un edificio  de estilo neogótico mudéjar con  elementos decorativos modernistas de finales del S. XIX. En sus inicios era un seminario católico para la formación al sacerdocio y construido por su patrocinador, Antonio López y López, primer marqués de Comillas. En la actualidad, además de la Facultad de Teología y Derecho Canónico, se han ido incorporando nuevos centros de estudio e investigación, hasta llegar a las 5 facultades, 2 escuelas y 6 institutos.


      El día de la Hispanidad se despertó lluvioso y no sabemos si lloraba por nuestra partida o nos agradecía el sol que les habíamos regalado esos días. Tomamos camino de Ávila no sin antes sorprender a Emilio en el desayuno con una tarta de cumpleaños y de  felicitar a las Pilares cantando Maite una sentida jota. Llegamos a Ávila para comer en el restaurante Cuatro  Postes, donde nos sirvieron el  menú extra de la excursión. Unos selectos entrantes  y el célebre chuletón de Ávila hicieron  honor  a los tenedores de la casa. Tras los postres se brindó con cava, dispuestos a salir cuanto antes y dejar en Atocha con tiempo a los que tomaban el AVE.


      Algo inoportuno debió suceder al autobús por la cara descompuesta de Santiago. Tras muchas pruebas al alcance de su experiencia, comprobó  que un sensor juguetón le impedía el funcionamiento del coche. Se tomaron las medidas oportunas y aunque el día festivo no nos beneficiaba, fueron apareciendo los mecánicos del servicio técnico más cercano,  los taxis para trasladar a Madrid a los del AVE, y la inmediata  salida de Valencia de otro autobús.

      Los teléfonos fueron calmando la preocupación de las familias, alegando que dentro de la adversidad, tuvimos suerte al aparecer la avería en un buen hotel-restaurante, con habitaciones disponibles y  cafetería. Los nervios y las tensiones se fueron disipando y a las ocho de la noche, con un buen bocadillo de jamón y queso como cena,  tomamos rumbo a Paterna.

    Entre cantos y silencios, Aurelio pidió la palabra para mostrar el agradecimiento del Ateneo por el ejemplar comportamiento de los 51 “atenienses” así como mostrar públicamente la gratitud a Pedro y a cuantos han colaborado en el éxito de la excursión. Santiago al tiempo que pedía “perdón” por la incidencia del autobús, se despedía por su cercana jubilación. Nos  prometió hacerse socio para participar como tal en los  próximos eventos del Ateneo.
 
     Con la ilusión de vernos en Galicia (en el AVE hasta León) en la próxima excursión de Primavera, llegamos cantando :¡Vixca Paterna! Vixca la pàtria chiqueta, on viu la primera llum, vixca la paternereta flor de sense igual perfum”.

      Hasta la próxima  y que seamos felices.


Félix Garrido Gil.  

P.D.: Desde aquí queremos agradecer a Paco y Marga su aportación desinteresada de fotografías de la excursión y a Félix por redactar las experiencias vividas.